La existencia de un mercado globalizado en el que inevitablemente estamos inmersos ha creado la necesidad de que las empresas busquen nuevos mercados donde expandir su negocio fuera de nuestras fronteras. Las empresas familiares no son ajenas a esta transformación, por lo que si quieren mantener sus beneficios deberán plantearse llevar a cabo su internacionalización. No obstante, este proceso lleva acarreados ciertas connotaciones de riesgo e incertidumbre. En este post tratamos de reflexionar sobre la internalización de la empresa familiar con las ventajas e inconvenientes legales que conlleva.
Inconvenientes de la internacionalización de la empresa familiar
A la hora de plantearse una internalización, los gerentes de las empresas se ven en la necesidad de entender cómo funcionan estos procesos, ya que este tipo de compañías poseen algunas características concretas. En general, hay ciertos retos ante los que todo este tipo de empresas se suelen enfrentar. Normalmente ponen más peso en su supervivencia a lo largo del tiempo que en el crecimiento económico. Asimismo, muchas veces las estructuras no están definidas con claridad y se solapan, lo que provoca que la sucesión que normalmente se produce de los padres a los hijos se gestione dentro de un conjunto de factores tanto económicos como sentimentales. Estas particularidades generan dificultades para estas empresas a la hora de asumir los riesgos que conlleva una internalización.
Ventajas de la internacionalización de una empresa familiar
A pesar de los inconvenientes que acabamos de mencionar, es cierto que este proceso también proporciona una serie de ventajas para estas empresas a la hora de abrir su negocio al exterior. Entre las más llamativas encontramos que la toma de decisiones suele ser más ágil al concentrarse en una o pocas personas, la visión de la empresa siempre será a largo plazo y el nivel de conocimiento de la compañía por parte de sus responsables es absoluto.
A la hora de llevar a cabo la internalización de la empresa familiar hay una serie de pasos que no deben faltar. En primer lugar se debe determinar si la compañía está realmente preparada y cuenta con los recursos y la capacidad necesaria para lanzarse al exterior. Después se debe realizar un estudio del lugar donde se pretende implantar el negocio, analizando los países potenciales, las características de sus mercados y la legislación vigente. Una vez tomadas estas decisiones, es importante hacer una ronda de contactos con posibles distribuidores, proveedores, clientes y socios que puedan ayudarnos y darnos algunas claves que favorezcan nuestra entrada en el nuevo mercado.
Un ejemplo de una compañía familiar que logró el éxito y su consolidación gracias a su internacionalización es Osborne. Hace 200 años un emprendedor procedente de Reino Unido se asentó en el Puerto de Santa María, en Cádiz, para iniciar un negocio fundando Bodegas Osborne. Seis generaciones después, la empresa familiar sigue distribuyendo sus marcas gastronómicas por todo el mundo debido a la capacidad de adaptación de la empresa y el liderazgo que ha mantenido en el sector a lo largo de los años. Hoy en día está presente en más de cincuenta países y cuenta con filiales en Brasil, China o Estados Unidos.
Si tu objetivo es internacionalizar una empresa familiar en NR2 te podemos ayudar durante todo el proceso. Los abogados de nuestro despacho ofrecen un asesoramiento personalizado y se ponen a tu disposición para guiarte ante cualquier duda. Puedes encontrarnos en el correo info@nr2.es o en el teléfono 91 571 41 57.
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