El pasado 23 de febrero Rusia cumplió sus amenazas y lanzó sus primeros ataques contra Ucrania. Desde entonces, la población ucraniana se enfrenta a una catástrofe humanitaria devastadora donde la progresión de violencia ha sido cada vez mayor. El conflicto bélico no solo supone una agresión injusta, si no que trae consigo consecuencias a todas las escalas. Aunque la guerra se esté produciendo a miles de kilómetros de nuestras fronteras, los efectos ya se han empezado a notar. Afectará a todas las economías de la Unión Europea, ya seas autónomo, pyme o un ciudadano de a pie, se sufrirán las consecuencias.
Los expertos avisan que se abre una etapa de incertidumbre, puesto que no se sabe cuánto durará el conflicto, si llegará a peores escenarios, o si se mantendrá durante mucho tiempo. Si bien es cierto que los intercambios comerciales tanto con Rusia como con Ucrania, son relativamente pequeños, algunos sectores sí pueden verse afectados, como la industria de piensos o la del automóvil. Además, sin olvidarnos de que Ucrania es la “despensa” de trigo de Europa. Antoni Cunyat, profesor de economía y empresa de la Universitat Oberta de Catalunya, señala que “cuanto más se prolongue el conflicto y cuanto más se prolonguen las subidas de los precios de la energía, mayor será la traslación al resto de productos en la economía”, así que dependerá de la duración y la intensidad del conflicto. Se espera y confía en que el conflicto no se alargue mucho en el tiempo, remitiéndose así el aumento de los precios, aunque “a corto plazo la energía va a seguir siendo cara”, tal y como señala Antonio Garamendi, presidente de la CEOE. El líder de la patronal también advierte que otras subidas en materias primas como el aluminio también afectarían a la estructura de costes, puesto que la tensión desde el plano energético puede complicar más las cosas.
Estos dos países tienen mucho peso en el comercio internacional, pero, en cualquier caso, la exposición comercial de España tanto con Rusia como con Ucrania es muy baja, no están específicamente vinculadas. En datos del instituto de comercio Exterior (ICEX), las exportaciones a ambos países no representan, de forma conjunta, ni el 1% del valor total de las ventas españolas en el exterior. (Rusia supone el 0,7% y Ucrania el 0,2%).
Las importaciones, sin embargo, son mayores. En cuanto a los hidrocarburos, España compró, en 2021, el 4,5% de su petróleo y el 8,9% del gas a proveedores rusos, compras que suponen alrededor del 1,75% del total.
¿Qué sectores sufrirán las mayores consecuencias?
La economía española se verá afectada en su conjunto, aunque si bien es cierto que algunas empresas se verán afectadas especialmente, como las industrias del automóvil y del sector agroalimentario. Las importaciones de cereales, especialmente del trigo y el maíz dependen en gran medida de Ucrania, por lo tanto, la falta de suministros de cereales se traduce en un aumento de los precios en alimentos tan esenciales como el pan y la harina. Asimismo, el sector agrícola y ganadero, sufrirá problemas por falta de pienso y grano que acabarán agravando los costes de producción en la agricultura.
Por el momento, los efectos más visibles son el aumento de precios del petróleo, un encarecimiento de los precios del gasóleo que afecta directamente al transporte de mercancías que será uno de los sectores más perjudicados. También la electricidad, que está marcado en parte por el precio del gas, del cual Rusia es uno de los principales suministradores mundiales. Y, aunque España no dependa especialmente de Rusia para la obtención del gas, afectará directamente a la inflación, ya que al subir cualquiera de los precios de los suministros, aumentaría a su vez el coste de producir cualquier producto. Nuestra economía se ve afectada por las restricciones de suministros de productos industriales y de materias primas, así como efectos de carácter financiero derivados tanto de las sanciones impuestas a Rusia como por la propia guerra en Ucrania.
¿Cómo afecta estos a los autónomos?
Al aumentar el coste de producir cualquier producto, se producirá un mayor coste al venderlo. Y no todos los trabajadores por cuenta propia pueden repercutir estas subidas de sus costes en el precio final para mantener sus ganancias, y si lo hacen perderán competitividad. Los pequeños negocios, por miedo a perder su clientela, podrían no subir sus precios, lo que hará que sus beneficios sean menores. Además, como señaló “autónomos y emprendedores”, acabarán tributando más en IRPF, por la no deflación de este impuesto. Por lo cual, la pérdida de poder adquisitivo ante la inflación de uno u otro modo, será inevitable a corto plazo.
Otro sector clave que podría verse afectado es el turismo y el comercio internacional. El turismo es imprescindible para nuestra economía, y sin duda, el ritmo de recuperación será mucho menor. Igualmente, si el conflicto continúa a medio plazo podría ser devastador. El Turismo es un sector que se vio muy afectado con la pandemia, y que poco a poco comienza a resurgir. El levante español tiene un turismo ruso muy consolidado que podría tambalearse si el conflicto se alarga.
Todos, en mayor o menor medida, vamos a ver reflejados las consecuencias derivadas de este conflicto. La subida de los precios de las materias primas conlleva que el coste de los productos aumente. Nos encontramos ante un escenario de incertidumbre en la que nadie puede asegurar qué pasará, y el precio de la inflación se agrava, llevándonos a una pérdida de poder adquisitivo, algo que afectará directamente a todos los hogares.
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies
ACEPTAR